domingo, 9 de octubre de 2011

Grupos alimenticios.

Identificar los Grupos Alimenticios es de gran importancia para una dieta sana y equilibrada; trataremos los básicos fundamentales:

• Cereales y almidones: Como pan, pastas, arroz, maíz y tubérculos.

Los cereales aporta fundamentalmente hidratos de carbono y vitaminas B y C; Los tubérculos son un gran aporte de almidón, vitaminas como la C, riboflavina, tiamina y niacina; minerales como el calcio, el potasio, el fósforo y el magnesio por esto son muy importantes en la nutrición humana. Es importante tener claridad que su consumo es vital para el correcto funcionamiento del cuerpo, lo que no debemos olvidar es que ellos y el sedentarismo generan problemas de sobre peso, es importante consultar dietéticamente su consumo para mantener una alimentación balanceada y preferir siempre los cereales integrales.

 
• Vegetales: Como verduras, frutas y hortalizas.

Las frutas son en general alimentos hipocalóricos, son fuente importante de vitamina C. Por otra parte, proporcionan fibra natural, asegurando con ello un tránsito intestinal normal, si su consumo es regular; Las frutas que mayor contenido aportan de vitamina C, son las ácidas: naranja, limón, etc. De entre las verduras, las más ricas en vitamina C son las verdes, que asimismo tienen la ventaja de aportar minerales antianémicos (hierro y cobre).

 
• Lácteos: Como Leche, yogur, helados y quesos.

Se les califica como alimentos protectores o de seguridad, siendo de gran riqueza en calcio o proteínas. Es un grupo de alimentos procesados, derivados de la leche, altamente perecedero, que debe vigilarse y analizarse correctamente durante todos los pasos de la cadena de frío hasta su llegada al consumidor. La leche empleada mayoritariamente en la elaboración de los lácteos procede de la vaca aunque también puede consumirse leche procedente de otros mamíferos tales como la cabra o la oveja y en algunos países, la búfala, la camella. Aquí también podemos incluir los sustitutos lácteos de origen vegetal como la leche de soya y el tofu (Queso de la misma).

 
• Aceites y grasas: Como olivas, aguacate, girasol, ajonjolí, maíz, mantequilla y margarinas (denominadas grasas trans).

Son alimentos hipercalóricos y energéticos, constituyen el vehículo de las vitaminas liposolubles y son fuente exclusiva de ácidos grasos esenciales; La mantequilla es una grasa saturada de origen animal y una fuente muy importante de vitamina A, las margarinas de buena calidad, aportan grasa insaturada y proporcionan ácidos esenciales. El aceite de oliva, soya, maíz, girasol y el aguacate contienen fundamentalmente grasas polinsaturadas benéficas para la salud. De todos modos es muy importante no abusar de las grasas.

 
• Proteínas: Como pollo, carne, pescados, huevos, leguminosas secas (los frijoles, garbanzos y las lentejas) Y los no tan recomendados Como carnes frías y embutidos.

Las leguminosas, son muy ricas en materias nitrogenadas (proteínas) y debidamente combinadas con cereales o almidones, pueden sustituir a las carnes; Las proteínas son el componente nitrogenado mayoritario de la dieta y tienen una función meramente estructural o plástica, esto quiere decir que nos ayudan a construir y regenerar nuestros tejidos, no pudiendo ser reemplazadas por los carbohidratos o las grasas por no contener nitrógeno.


• Frutos secos: Como uvas, maní y nueces.

Denominados dulces sanos, como contienen un alto contenido de grasas (aunque saludables) no es recomendable excederse. Los frutos secos son llamados así porque todos tienen una característica en común: en su composición natural tienen menos de un 50% de agua. Son alimentos muy energéticos, ricos en proteínas y oligoelementos. Según el tipo de fruto seco, también pueden aportar buenas cantidades de vitaminas (sobre todo del grupo B) y ácidos grasos omega 3 (poliinsaturados).

 
• Golosinas: Como caramelos, dulces, azucares procesados.

El abuzo de estos desequilibra el aporte normal de hidratos de carbono y es contraproducente ya que puede conducir a obesidad, a la diabetes y trastornos del metabolismo lípido, con tasas altas de colesterol y triglicéridos.

 
• Agua: El agua es la única bebida realmente indispensable al organismo.

El cuerpo humano está compuesto de entre un 55% y un 78% de agua, dependiendo de sus medidas y contextura. Para evitar desórdenes, el cuerpo necesita alrededor de tres litros diarios de agua; la cantidad exacta variará en función del nivel de actividad, la temperatura, la humedad y otros factores. La mayor parte de esta agua se absorbe con la comida o bebidas —no estrictamente agua—.

Médicamente el consumo minino en un ambiente promedio esta calculado en un litro de agua, pretendiendo que no se exceda en ejercicio físico. Una persona con los riñones en buen estado no tendrá dificultades para beber demasiada agua, —especialmente en climas cálidos y húmedos, o durante el ejercicio— pero beber poco también puede ser peligroso.

El cuerpo humano es capaz de beber mucha más agua de la que necesita cuando se ejercita, llegando incluso a ponerse en peligro por hiperhidratación, o intoxicación de agua.

Naturalmente, durante el embarazo y la lactancia la mujer debe consumir más agua para mantenerse hidratada. hasta siete litros considerando la gran cantidad de líquido que se pierde durante la crianza. El agua se expulsa del cuerpo de muy diversas formas: a través de la orina, las heces, en forma de sudor, o en forma de vapor de agua, por exhalación del aliento.

Una persona enferma, o expuesta directamente a fuentes de calor, perderá mucho más líquido, por lo que sus necesidades de consumo también aumentarán.

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